sábado, 1 de mayo de 2010 en 12:42 Publicado por carlos andres diaz solano 0 Comments

Dicen que, cuando un edificio alberga muchas muertes y almas en pena, los espíritus y la esencia de las personas se queda ligeramente ahí.
En este Museo que se encuentra en Puebla (el cuál era antes un sanatorio), todos dicen que aún se escuchan los gemidos de las personas que murieron ahí, además de otras apariciones físicas.

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